
Antiguamente en la India, un practicante de Yoga no era aceptado hasta que, durante un periodo de 2 años por lo menos, no era capaz de observar y restringir las oscilaciones de su mente. Debía observar su conducta ante los demás y ante sí mismo. Eso proporcionaba una línea general de conducta y servía de base para un código ético de conducta entre profesores de yoga y entre éstos y sus alumnos. Toda moralidad existe para el yogui en función de la liberación, que es el único bien absoluto.
Los Yamas y Niyamas conforman la guía ética del yoga.
Yamas – Niyamas
La persona común es incapaz de aislarse de forma absoluta de su entorno. Por esta razón, en los Yoga Sútra se recomienda una línea de sentimientos a desarrollar ante distintas actitudes de los demás que pueden presentarse y afectar al yogui.
La mente se pacifica produciendo:
- Amistad
- Compasión
- Alegría
- Ecuanimidad
Hacia situaciones de felicidad, desgracia, mérito y demérito, respectivamente.
El yoga no dispone de un orden moral estructurado “desde fuera”, pero sí proporciona una línea general de conducta ante los demás y ante uno mismo.
YAMAS (principios universales)
Las Restricciones son:
Abstenerse:
De causar daño
De mentir
De robar
De placeres sensuales
De riquezas
NIYAMAS (preceptos individuales)
Las Observancias son:
Limpieza interna y externa
Contentamiento
Ascetismo
Estudio de si mismo
Devoción al Ser supremo (entendido como calidad de acción)